No sé si os ha pasado alguna vez pero a mí, alguna que otra sí... Hacer un bizcocho, sacarlo del horno y que al rato se hunda... Qué rabia da!!!
Y entonces te preguntas qué es lo que ha pasado, porqué y si tiene arreglo...
Pues a ver, esto puede pasar por varias razones:
* Porque no hay consistencia, es decir, no se ha mezclado bien la harina porque hay poca y entonces, una vez saquemos la tarta del horno, no tendrá suficiente fuerza como para " mantenerse en pie".
* Otro de los motivos es que nos hayamos pasado con la levadura. Sí, sí, esta hace subir el pastel pero claro, hay tanta que se forman como unos agujeros en la masa porque sube mucho y claro, al enfriarse, estos agujeros hacen que no se sostenga y que el bizcocho se vaya para abajo cuando se enfría.
* Y otro de los motivos y quizá el que pasa más a menudo, es que no lo hemos horneado lo suficiente - por eso es tan importante ir comprobando con el palillo - y lo hemos sacado demasiado pronto. La parte de dentro está cruda y por lo tanto, se va para abajo.
Lo que hay que hacer siempre que se hace un bizcocho es ajustarse a las medidas que nos dan en la receta. Nunca pasarse ni quedarse corto y utilizar la técnica que os comentaba antes, la llamada " del palillo " o " de la aguja " y que simplemente es abrir el horno ( nunca antes de los 20 primeros minutos de cocción ) y pinchar... Si la aguja o el palillo salen limpios, es que está hecho, sino, hay que seguir horneando un poco más.
También ajustaos a los moldes, porque como pongáis un molde muy grande o muy pequeño...
Arreglo
Sólo hay una solución y es simplemente para el bizcocho crudo.
Lo pondremos otra vez al horno, a 150º hasta que se haga aunque no subirá del todo pero al menos, os lo podréis comer sin problema.
Lo pondremos otra vez al horno, a 150º hasta que se haga aunque no subirá del todo pero al menos, os lo podréis comer sin problema.
Y hasta aquí, los consejillos de hoy.
